Publicado por Peluquería Canina Laura
Escoger el nombre de una mascota puede ser más complicado de lo que parece. Debemos considerar que será su seña de identidad durante más de 15 años y que tendremos que pronunciarlo en sitios públicos. Así que, si queremos evitar llamar la atención, tendremos que ser cuidadosos a la hora de bautizar a nuestro perro.
El nombre es una de las primeras palabras que aprende a reconocer un perro. Por el sonido, la vocalización y la entonación que le imprimimos, sabrá que nos dirigimos a él. Por eso es muy importante que tenga una serie de características que ayuden a nuestro amigo a entender su apelativo. Así, no debe ser demasiado corto pues podría generar confusión en el animal con otras palabras que utilizamos habitualmente para darle órdenes como “no”, “ven”, “sit”… pero tampoco ha de ser excesivamente largo -no más de tres sílabas- porque el perro no lo entenderá.
Hay que procurar evitar cualquier nombre que evoque algo negativo puesto que, no lo olvidemos, cuando lo pronunciemos en público, influirá en la percepción que el resto de personas tengan de nuestro animal y en su actitud hacia él. Es comprensible que alguien pueda sentirse incómodo o amenazado ante un Dobermann con un nombre como “Lobo” o “Killer”.
Los estudios y experimentos que se vienen realizando en relación a la comprensión que tienen los canes del lenguaje humano, han concluido que el nombre debe ser una palabra corta, sonora e incluso seca, que contenga las vocales “A” y “O” y las consonantes “K”, “T” y “R”.
Tras estas consideraciones previas, una buena idea es que cada miembro de la familia elabore una lista con los nombres que más le gusten para después elegir entre todos. Debe quedar claro que es contraproducente llamarle de otra manera, utilizar diminutivos o realizar cualquier otra modificación en el apelativo que hayamos seleccionado, pues sólo provocaríamos confusión en el animal.
Observar al perro puede ser de gran ayuda pues cada uno tiene su propia personalidad, una característica especial que le hace único y que podríamos utilizar para bautizarle. Pero, además de su personalidad o su comportamiento, a veces el nombre refleja una característica física y, en otros casos, la elección se hace por gusto personal pero siempre dice mucho de la percepción que el dueño tiene de su animal y de su relación con él.
“Nieve” o “Manchas” son dos ejemplos que hacen referencia a la apariencia del perro mientras que “Bandido” o “Golfo” son indicativos de un cierto comportamiento. “Ciclón” describe a un animal con una energía desbordante mientras que “Princesa” nos hace pensar en una perrita muy dulce. También podemos recurrir a la traducción a otros idiomas “Sweety”, “Pretty”… Uno de los consejos más habituales es que no nos dejemos llevar por el aspecto del perro cuando es un cachorro, pero lo cierto es que puede resultar divertido llamar “Chiquitín” a un Mastín Napolitano, del mismo modo que “Sansón” a un Yorki.
Los personajes de ficción, de una novela, un cómic o una película, también son muy utilizados. De hecho, Rocky es uno de los nombres más repetidos en los perros aunque los de canes famosos como “Laika” o de dibujos animados como “Pluto” o “Milú” no se quedan atrás. Tampoco debemos olvidar los nombres de personas que cada vez son más recurrentes, dado que crece el número de propietarios que consideran a sus mascotas como un miembro más de la familia.
Asimismo, existen ciertas diferencias a la hora de elegir un nombre para una mascota según se trate de un macho o de una hembra. Mientras que para los primeros se buscan palabras que describan características supuestamente masculinas, como la fuerza o el valor, para las hembras se prefieren palabras que expresen dulzura o belleza.
Escoger el nombre de una mascota puede ser más complicado de lo que parece. Debemos considerar que será su seña de identidad durante más de 15 años y que tendremos que pronunciarlo en sitios públicos. Así que, si queremos evitar llamar la atención, tendremos que ser cuidadosos a la hora de bautizar a nuestro perro.
El nombre es una de las primeras palabras que aprende a reconocer un perro. Por el sonido, la vocalización y la entonación que le imprimimos, sabrá que nos dirigimos a él. Por eso es muy importante que tenga una serie de características que ayuden a nuestro amigo a entender su apelativo. Así, no debe ser demasiado corto pues podría generar confusión en el animal con otras palabras que utilizamos habitualmente para darle órdenes como “no”, “ven”, “sit”… pero tampoco ha de ser excesivamente largo -no más de tres sílabas- porque el perro no lo entenderá.
Hay que procurar evitar cualquier nombre que evoque algo negativo puesto que, no lo olvidemos, cuando lo pronunciemos en público, influirá en la percepción que el resto de personas tengan de nuestro animal y en su actitud hacia él. Es comprensible que alguien pueda sentirse incómodo o amenazado ante un Dobermann con un nombre como “Lobo” o “Killer”.
Los estudios y experimentos que se vienen realizando en relación a la comprensión que tienen los canes del lenguaje humano, han concluido que el nombre debe ser una palabra corta, sonora e incluso seca, que contenga las vocales “A” y “O” y las consonantes “K”, “T” y “R”.
Tras estas consideraciones previas, una buena idea es que cada miembro de la familia elabore una lista con los nombres que más le gusten para después elegir entre todos. Debe quedar claro que es contraproducente llamarle de otra manera, utilizar diminutivos o realizar cualquier otra modificación en el apelativo que hayamos seleccionado, pues sólo provocaríamos confusión en el animal.
Observar al perro puede ser de gran ayuda pues cada uno tiene su propia personalidad, una característica especial que le hace único y que podríamos utilizar para bautizarle. Pero, además de su personalidad o su comportamiento, a veces el nombre refleja una característica física y, en otros casos, la elección se hace por gusto personal pero siempre dice mucho de la percepción que el dueño tiene de su animal y de su relación con él.
“Nieve” o “Manchas” son dos ejemplos que hacen referencia a la apariencia del perro mientras que “Bandido” o “Golfo” son indicativos de un cierto comportamiento. “Ciclón” describe a un animal con una energía desbordante mientras que “Princesa” nos hace pensar en una perrita muy dulce. También podemos recurrir a la traducción a otros idiomas “Sweety”, “Pretty”… Uno de los consejos más habituales es que no nos dejemos llevar por el aspecto del perro cuando es un cachorro, pero lo cierto es que puede resultar divertido llamar “Chiquitín” a un Mastín Napolitano, del mismo modo que “Sansón” a un Yorki.
Los personajes de ficción, de una novela, un cómic o una película, también son muy utilizados. De hecho, Rocky es uno de los nombres más repetidos en los perros aunque los de canes famosos como “Laika” o de dibujos animados como “Pluto” o “Milú” no se quedan atrás. Tampoco debemos olvidar los nombres de personas que cada vez son más recurrentes, dado que crece el número de propietarios que consideran a sus mascotas como un miembro más de la familia.
Asimismo, existen ciertas diferencias a la hora de elegir un nombre para una mascota según se trate de un macho o de una hembra. Mientras que para los primeros se buscan palabras que describan características supuestamente masculinas, como la fuerza o el valor, para las hembras se prefieren palabras que expresen dulzura o belleza.
Fuente: El Mundo del Perro
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